Historias que regalan sonrisas
Sherlyn tiene un negocio de paletas congeladas; vende de diferentes sabores: pistacho, rompope, capuchino, crema irlandesa, piñón y mazapán. Sherlyn tiene 17 años, es beneficiaria de APAC y alumna del programa de educación alternativa.
Su negocio nació después de una clase, donde aprendió a hacer paletas de rompope. Su mamá, Nayeli, las compartió con sus vecinos, y fueron quienes le dieron la idea de empezar a venderlas. De boca en boca y por whatsapp las “Bolis Gourmet” se dieron a conocer.
“A Sherlyn le ha beneficiado el negocio porque ya tiene más soltura, le ha ayudado a socializar más”, afirmó su mamá, también compartió que sus compañeros y maestros le preguntan sobre sus bolis y comienza una conversación amena. Además, aprendió que su trabajo es valioso y que al recibir dinero, a cambio de sus paletas, puede ayudar en su casa, afirmó.
Sherlyn y Nayeli salen a vender las bolis en su colonia, ahora los vecinos ya las conocen. Una señora, dueña de un puesto de quesadillas, les compró varias bolis; les platicó de las bolis de Sherlyn al señor de las hamburguesas y al de los tacos quienes ahora también ya son clientes.
“APAC le ha dado ese impulso a Sherlyn, siempre la he apoyado”, expresó Nayeli.
Las bolis han sido una oportunidad para que se dé cuenta que todo lo que aprende es importante y puede ser útil para su vida cotidiana. Por ello, Nayeli exhorta a que se siga hablando de la importancia de la inclusión. Su lema en la familia consiste en no decir ‘no puedo’, sino intentar todas las veces necesarias y en caso de no lograrlo, pedir ayuda, siempre con inclusión, compartió.
“Hoy por hoy, Sherlyn es una chica que hace muchas cosas y sabe que vale y debe seguir adelante. Hay que creer en las habilidades y capacidades de los hijos, porque si en primer lugar la familia no cree, no van a salir adelante. No los debemos esconder, que sean vistos porque son gente que vale mucho y por eso están aquí”, concluyó Nayeli.
